sábado, 21 de marzo de 2020

Asalto al laboratorio

La aeronave sobrevolaba kilómetros de llanuras desérticas salpicadas por algunos promontorios pedregosos. Las horas de vuelo sobre ese árido terreno hacían pensar que realmente, las instalaciones científicas situadas en aquel planeta se habían instalado en el lugar más remoto posible, quizás para estar protegidas de curiosidades indeseadas.

En aquella nave viajaba un pequeño grupo de técnicos de la UEO para proporcionar asistencia al complejo, pues hacía varios días que se habían interrupido las comunicaciones con el mismo.
Los problemas de comunicación en el planeta no eran infrecuentes, al estar constántemente batido por tormentas de arena y otras inclemencias, que afectaban especialmente a las transmisiones a larga distancia.

El piloto inició la maniobra de aproximación, una vez que pudo ver el complejo a poca distancia.
De repente, comenzó a sonar una alarma en la cabina. Apenas le fue posible amagar un movimiento evasivo, cuando la aeronave fue impactada de lleno por varios misiles lanzados desde las defensas antiaéreas automatizadas del recinto, que convirtieron la nave en una bola de fuego y la precipitaron contra el suelo.

Defensas antiaéreas automatizadas del complejo
Pocas horas después, una corbeta de la Armada de Kriegstadt interceptó, durante una ruta de reconocimiento en el sector de Karkoum, una transmisión en la que algún tipo de fuerza militar hablaba de realizar un despliegue desde la órbita y mencionaba experimentos científicos realizados por alguien conocido como "El Ojo".
Se informó de la transmisión interceptada al Almirante al mando de la flota del sector. La respuesta fue inmediata y tajante, un mensaje directo desde el Oberkommando, ordenando intervenir de inmediato con todas las fuerzas disponibles en la zona y realizar una extracción del personal en las instalaciones científicas descubiertas, así como de todo el material e información posible, evitando a toda costa que caigan en otras manos.

Instalaciones científicas de la UEO, bajo el mando de "El Ojo"


Las fuerzas de Kriegstadt, desembarcadas en el planeta, consistieron en dos columnas de infantería mecanizada, que se desplegaron una desde el norte, y otra desde el este, para tratar de rodear el complejo, cubiertos por una batería de artillería.


Por su parte, la extraña fuerza militar, desplegada para intentar llegar hasta el complejo, resultó ser una orden de caballería independiente, de guerreros con servoarmadura, llamada "Los Panteras Blancas".
El Reich de Kriegstadt nunca había mantenido ninguna clase de contacto o relación diplomática con esta entidad militar, ni tampoco conocía sus fines, por lo que las órdenes eran evitar el enfrentamiento siempre y cuando la presencia de estas fuerzas no resultase un estorbo para el cumplimiento de la misión. Por supuesto, no se debía permitir que nada ni nadie de las instalaciones científicas cayese en sus manos.
Su aproximación partió desde el norte, a pie, tras un descenso orbital.


Las tropas de Kriegstadt comienzan su avance. Pese a que la situación incitaba a la cautela en la aproximación, resultaba necesario llegar al objetivo antes que cualquier otra fuerza, por lo que las tropas se dirigieron hacia lo desconocido sin permitirse ninguna demora.

Por su parte los "Panteras Blancas" avanzaron con el propósito de cruzar el pequeño oasis que abastecía de agua al complejo de investigación.
Pese a la cercanía con las tropas de Kriegstadt que avanzaban desde el norte, también optaron por una política de no-beligerancia, pues probablemente sabían que podrían enfrentarse a otro tipo de enemigo en las inmediaciones.



Los carros de combate de Kriegstadt abrieron el avance desde el norte, seguidos por la infantería mecanizada.

 

En su camino, el Ejército de Kriegstadt encontró lo que parecían ser alguna clase de organismos alienígenas, saliendo del suelo como protuberancias orgánicas. 


No había tiempo de consultar al mando sobre la naturaleza de aquella forma de vida, ya fuera flora o fauna autóctona o cualquier otra cosa. Podría suponer un peligro, y no podían permitir que ralentizase su avance, por lo que se ordenó su incineración mediante lanzallamas.
Apenas fue dada la orden, decenas de criaturas xenomorfas salieron de aquellas extrañas oquedades biológicas, y se avalanzaron contra los vehículos y los soldados, que abrieron fuego a discreción.


Algunos soldados veteranos ya se habían enfrentado antes a criaturas de este tipo, pero hasta ese momento no se había reportado la presencia de esta especie alienígena hostil en la zona.

Había decenas y decenas de criaturas, cada vez más, de todos los tamaños, algunas incluso de mayor tamaño que un carro de combate, según cuentan aquellos que lo vivieron.

El caos se adueñó de la formación, con los soldados tratando de defenderse de una marea de colmillos y garras dispuestos a despedazar su carne. Dispararon hasta recalentar cada arma, hasta el combate cuerpo a cuerpo con aquellos seres del averno.




Mientras tanto, un equipo de élite había sido enviado a inspeccionar los restos de la aeronave estrellada de la UEO, esparcidos por una amplia zona, con la misión de buscar supervivientes, o material de interés, información o tecnología, además de hacer fotografías para su análisis posterior.

Inspección de los restos de la aeronave de la UEO por tropas de élite de Kriegstadt
Uno de los soldados se adentró en la sección frontal de aquella nave, que era la parte más entera de aquellos restos. Inspeccionó el interior con su linterna. Allí había cadáveres de varias personas, vestidos con ropas civiles. Se dió la vuelta y, con la radio en la mano, se dispuso a informar al mando.
Apenas pudo comenzar a pronunciar una palabra cuando se abalanzó sobre él uno de aquellos individuos ensangrentados a los que había dado por muertos. A golpes, trató de defenderse, de lo que pudo comprobar, horrorizado, que no se trataba de un superviviente hostil...sino de un infectado por el llamado "Síndrome de Benson", conocido como "Síndrome del Caminante Errático" en Kriegstadt, y más comunmente como "Enfermedad Zombie" en toda la galaxia.
El resto de cadáveres volvieron a la vida, y se abalanzaron sobre el resto de la escuadra.


Los soldados de Kriegstadt no sabían si habían caido en una trampa o simplemente se habían aventurado en su avance más de lo prudente, frente a amenazas desconocidas.
Lo cierto es que el caos se adueñó por completo de sus líneas, sufriendo terribles pérdidas.


Por su parte, los "Panteras Blancas" seguían avanzando...pero detrás de ellos surgió toda una horda de criaturas monstruosas. Les habían rodeado.


Sin embargo, las tropas de Kriegstadt desplegadas desde el este, habían conseguido llegar al Complejo de Investigación.
Se desplegaron en el recinto y revisaron puerta por puerta sus edificios en busca de información y material de interés que capturar para su posterior análisis.
Pero por encima de todo, su objetivo era encontrar al científico conocido como "El Ojo", con instrucciones de proceder a una extracción aérea tanto con su cooperación como sin ella, preferiblemente vivo, pero con la orden de impedir que cayese en manos de cualquier potencia extranjera.


"Corred! Corred, mis criaturas! Corred, hijos míos!"
Mientras las tropas de Kriegstadt buscaban a "El Ojo", estancia por estancia, este misterioso individuo, que había estado monitorizando todo lo sucedido, se apresuró a abrir las compuertas de unos enormes contenedores de carga que daban al norte del complejo.

De ellos, salió una marea de criaturas alienígenas, que se lanzaron en la misma dirección como si fueran un único ser.

En ese momento, es localizado por los soldados kriegstadter.



"El Ojo", informa a los hombres de Kriegstadt de que ha liberado a una horda de criaturas xenomorfas que, a diferencia de las que existen en estado salvaje en la galaxia, llevan implantado un chip de conducta en el cerebro, que controla parcialmente su comportamiento.

"Si no atacáis a mis criaturas, ellas os dejarán en paz", explicó "El Ojo".
El teniente Koch, se vió tentado de acabar de un disparo con el autor de aquellas aberraciones pero, por encima de todo, tenía unas órdenes muy claras que cumplir.
- "Y, ¿Los guerreros de la armadura blanca?" -Preguntó Koch
- "Mis criaturas tienen hambre" -respondió mientras reía siniestramente.

Koch no podía reprimir la repulsión que le generaba la maldad de aquel individuo y sus criaturas antinaturales, pero debía pensar en términos prácticos y cumplir su misión.

Transmitió por radio lo indicado por "El Ojo", por lo que los soldados se vieron en la tesitura de vencer su instinto y dejar pasar de largo a aquellas criaturas devoradoras de hombres sin disparar.




Tal y como "El Ojo" había dicho, la horda de xenomorfos ignoró por completo a los soldados de Kriegstadt, que observaban con sudores fríos a aquella marea de pesadilla pasar ante ellos.


 Por su parte, los guerreros "Panteras Blancas", vieron abalanzarse sobre ellos a aquellos seres alienígenas, y consideraron que se trataba de una trampa de Kriegstadt, por lo que abrieron fuego contra las tropas, que recibió por respuesta una buena cantidad de disparos y cañonazos.


Tras desactivar las defensas antiaéreas automatizadas del complejo, se solicitó la extracción aérea, llegando a toda velocidad una aeronave, para proceder a la evacuación.


Sin embargo, los "Panteras Blancas" dispararon contra ella furiosamente, pues no pensaban dejar que el Reich de Kriegstadt cumpliese sus planes.


Un disparo afortunado de un arma ligera, alcanzó uno de los tubos del colector de combustible de la aeronave, obligándola a realizar un descenso forzoso bajo el fuego enemigo.






Sin embargo, este golpe de suerte no fue suficiente para cambiar el curso de los acontecimientos, pues los guerreros de armadura blanca, se vieron rodeados por completo por las criaturas alienígenas.

"¡Hasta la última bala!"
Las tropas de Kriegstadt pudieron reparar la lanzadera, mientras otras venían de camino para evacuar a todos los efectivos de la zona.

Vehículo taller junto a la aeronave averiada
"El Ojo" fue trasladado a la flota en órbita, y todos los efectivos supervivientes pudieron ser replegados y evacuados con éxito.


Las tropas participantes en aquella batalla nunca supieron con certeza el propósito de todo aquello, simplemente cumplieron con su misión. No pudieron hablar nunca de ella, pues se decretó su carácter de secreto militar, por lo que a efectos oficiales, se comunicó en la prensa y a las familias de los fallecidos, que se habían producido unos combates contra milicias locales durante una misión de paz para llevar la prosperidad a los pueblos de la galaxia.


Los "Panteras Blancas" desplegados nunca pudieron contar su versión de los hechos, pues fueron todos devorados sin excepción por las criaturas alienígenas.




Resultado: Victoria del Reich de Kriegstadt
- Las fuerzas de Kriegstadt consiguieron tomar el Complejo de Investigación y realizar la extracción aérea de "El Ojo".
- Los "Panteras Blancas" no consiguieron tomar el Complejo de Investigación, ni capturar a "El Ojo" ni sobrevivir a la batalla.
- Los alienígenas xenomorfos se comieron a quienes pudieron, pero no devoraron a la totalidad de tropas desplegadas.

La partida tuvo lugar el día 28 de Diciembre de 2019

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Nomad ND1








Tipo: Todoterreno de exploración / Type: All-terrain scout vehicle

Longitud: 7 m / Lenght: 7 m

Altura: 2 m / Height: 2m

Velocidad máxima 180 km/h / Max. Speed: 180 Km/h

Motor: Núcleo de tres partes de Elemento cero / Engine: Three-part Element Zero Core

Escudo: Barrera Cinética / Armor: Kinetic shield

Armamento: Ninguno / Weapons: None

Pasajeros: 4 / Passengers: 4


miércoles, 28 de noviembre de 2018

Batalla en el bosque maldito


Ya desde la distancia se podía percibir algo extraño en aquel bosque.

Los árboles tomaban en amplias zonas un color rojizo y moribundo que contrastaba con el color verde de las espesas arboledas que se extendían hasta el horizonte.

Los testimonios de los escasos lugareños que se atrevían a aproximarse al bosque hablaban de desapariciones misteriosas, luces refulgentes en la noche y otros fenómenos inexplicables, en una zona que ya desde tiempos antiguos era tenida por maldita, y en la que hacía siglos que no vivía nadie, quedando apenas algunas ruinas como vestigios de aquellas poblaciones que hubo generaciones atrás en los claros del bosque.

Lo que parecía una mera superstición, comenzó a tomar otra dimensión, cuando en todas las aldeas cercanas se reportaron desapariciones y muertes inexplicables de sus vecinos, que siempre venían precedidas de repentinos apagones del suministro eléctrico.


Sospechando de la autoría de saboteadores enemigos, se envió una patrulla de reconocimiento, que detectó movimiento en las zonas de mayor espesura de la vegetación, cuyo origen fue revelado a los pocos minutos por un reconocimiento aéreo. Cientos de humanoides de aspecto mecánico, caminaban entre los árboles en dirección a las ruinas y junto a ellos, enormes estructuras de color oscuro se movían levitando emitiendo un resplandor verdoso. 








El Oberkommando des Heeres recibió las imágenes aéreas, de lo que los analistas identificaron como Necrontyr, una antigua civilización alienígena tan avanzada como poco conocida, de la que se cree que existe desde hace milenios y con la que las fuerzas de Kriegstadt ya habían tenido algunos encuentros en ocasiones anteriores, en otros mundos lejanos, con devastadores resultados.

Conscientes de la gravedad del peligro y la necesidad de neutralizarlo de manera contundente, se envió de inmediato a la zona al Schwere Panzerabteilung 528, cuyos carros de combate se dispusieron en línea para recibir al misterioso enemigo con una lluvia de proyectiles en un claro del bosque junto a las ruinas.

No sabemos lo que son, pero no necesitamos saberlo, porque no vamos a dialogar con esas cosas, únicamente a destruirlas” dijo por radio el Coronel Otto von Müller a las tripulaciones de los panzers bajo su mando. Y así, según asomó la primera criatura mecánica entre la vegetación, se desató el fuego.




Miles y miles de proyectiles de todos los calibres acribillaron a aquellos seres de metal, que, sin embargo, lejos de intentar cubrirse o evitar el infierno que caía sobre ellos, continuaban avanzando impasibles. Algunos eran desintegrados, mientras que otros se mantenían en pie caminando, y otros, que habían sido derribados con graves daños, se recomponían y se volvían a levantar para continuar avanzando.




Repentinamente, dos figuras de aspecto espectral y fantasmagórico se adelantaron a los caminantes metálicos, levitando sobre el suelo, y se lanzaron contra los carros de combate situados en vanguardia de las líneas Kriegstadter. Una llamarada impactó de lleno a uno de aquellos seres, expedida por el tubo del carro lanzallamas que había avanzado para repeler cualquier asalto cercano a los carros pesados. Sin embargo, el ser, envuelto en llamas e impregnado de combustible, no parecía afectado por este ataque, y con una de sus extremidades, de forma afilada, cortó el blindaje del vehículo como si fuese papel, provocando una gigantesca explosión que dispersó combustible ardiendo a muchos metros a la redonda.


Tras este terrible espectáculo, otros panzers corrieron similar suerte a manos de estos seres.
La lluvia de disparos no cesó en ningún momento, y se centró en estas entidades extrañas, a las que los impactos de los proyectiles apenas afectaban con ligeras sacudidas.
Solicitado por radio, con desesperación, el apoyo aéreo, no tardaron en aparecer los cazabombarderos de la Luftflotte, haciendo ataques en picado sobre los Necrontyr, situados de manera muy expuesta en el claro del bosque. Ametrallaron y bombardearon a sus unidades, destruyendo aparentemente a cierta cantidad de los seres de metal.



De repente, en mitad del terreno ocupado por el enemigo, mientras estos humanoides mecánicos caminaban entre las ruinas de los edificios, un destello de color violáceo restalló entre ellos. El piloto del cazabombardero de la Luftflotte no identificó lo que era, ni tampoco se interesó demasiado por ello, simplemente hizo una pasada sobre todo aquello, disparando con furia los cañones automáticos, cuyas bocachas estaban ya al rojo vivo.


Ni el piloto ni el resto de las tropas que allí se encontraban, podían imaginar en ese momento que aquel resplandor era un efecto del teletransporte que había llevado de manera instantánea a un gran número de desconocidos guerreros al corazón de las líneas enemigas.
Los guerreros estaban equipados con pesadas servoarmaduras de color beige con ornamentos de color verde oscuro. Las tropas de Kriegstadt no sabían en ese momento si estos individuos eran aliados o no, dado que no contactaron con ellos previamente ni se identificaron en modo alguno. Los reportes de inteligencia posteriores indicaron que eran conocidos como “Los Ángeles Oscuros”, una orden guerrera extranjera.



Los proyectiles de las aeronaves impactaron por igual tanto en los enemigos como en estos nuevos visitantes inesperados, permitiendo las armaduras de estos últimos, que los proyectiles les derribaran sin causarles daños de mayor importancia, volviéndose a levantar del suelo.
Estos guerreros de aparición inesperada se lanzaron con furia en una lucha cuerpo a cuerpo contra los enemigos metálicos, con gran efectividad, arrancando sus cabezas y extremidades con pesados guanteletes mecánicos.


Dada la efectividad de las poderosas armas cuerpo a cuerpo de los guerreros, el fuego de las fuerzas de Kriegstadt se dirigió hacia otras zonas, más por una cuestión práctica que por consideración hacia la ayuda inesperada.


Aprovechando la situación, se dio la orden desde el Oberkommando, de evacuar a los heridos y replegar las tropas terrestres a posiciones menos expuestas para dejar que la situación se resuelva, en lo posible, por parte de las fuerzas desconocidas que estaban interviniendo, mientras que la aviación se centraría en atacar a los objetivos más grandes. Certeros disparos destruyeron las principales máquinas de guerra Necrontyr desde el aire.


De repente, los guerreros metálicos quedaron paralizados durante un momento, dejaron de combatir y adoptaron una posición erguida. Un segundo después, un fulgor verdoso inundó todo el campo de batalla, y los alienígenas mecánicos se desvanecieron en el aire, sin dejar rastro alguno tras de sí.
Los Ángeles Oscuros, ante la desaparición de su enemigo, activaron una especie de radiobaliza y se situaron alrededor de ella, teleportándose al mismo lugar del que vinieron, una nave espacial furtiva que se había situado en órbita sin ser advertida su presencia.



En el informe del Coronel von Müller, presentado ante la comisión que investigó este incidente armado, se consideró que probablemente, las fuerzas hostiles, al estimar la gravedad de sus daños optaron por retirarse mediante alguna clase de portal o medio de teleportación, a un lugar indeterminado. El bosque fue bombardeado con bombas incendiarias y peinado por tropas terrestres en busca de presencia enemiga, que no fue encontrada.

En la zona se situaron sensores y sistemas automatizados por si se produjera actividad sospechosa. A los pocos días llegó a la zona un destacamento científico y la zona se declaró zona restringida.


Resultado: Empate
- Las fuerzas de Kriegstadt no han conseguido erradicar la amenaza Necrontyr ni tomar sus posiciones.
- Los Necrontyr no han conseguido acabar con los humanos ni romper su línea defensiva.
- Los Ángeles Oscuros han aparecido tardíamente y no han conseguido tomar las posiciones ocupadas por los Necrontyr.